domingo, noviembre 14

Nosotras que no somos como las demás

El mar le acaricia todo el cuerpo como ningún ser humano podrá hacerlo nunca. La acoge, la envuelve y la tranquiliza. La balancea, la arrastra, juega con ella. Le lame los pezones y consigue ponérselos de punta mientras las olas le besan todo el cuerpo, y a cada patada que Susi da para avanzar, el agua que viene y va se desliza entre las piernas como la lengua de un amante experto. La mima, la duerme, la saca de sí misma (el cansancio y el efecto narcótico del agua le hacen trascender más allá de su propio cuerpo) y la vuelve a llevar hasta ella misma, a lo que era antes de nacer, antes de que el mundo la convirtiera en un ser perverso y socializado, más preocupado por la opinión de los otros que por sus propios y básicos deseos.
Desgraciadamente el mar es un amante caprichoso, que no se deja seducir en invierno.

Nosotras que no somos como las demás - Lucia Etxebarria