miércoles, julio 20

Harlem in London

Nos levantamos antes de hora el sábado, por mi culpa. No me aclaro nunca con los cambios de hora, y en vez de retrasarla puse la alarma dos horas antes de lo que tocaba. Para imaginarse nuestras caras de muertos diciendo que no podía ser real que ya nos tuviéramos que ir, pero tras media hora de charla tumbadas en la cama y sin la ocupante nº4, nos dimos cuenta que nos quedaban dos horas de sueño y había que aprovechar. Cuando llegó la hora correcta, nos levantamos rápido y fuimos a ver que sorpresas nos tenían para desayunar en ese extraño lugar de amarillos y lilas. Nada más bajar a lo que se suponía que era el bar escuchamos música a toda hostia, era así como brasileña y gente que cantaba, llegué a pensar que había venido un coro, pero eran los 4 chicos de la cocina que serian de por ahí y estaban eufóricos. Nos preguntaron si queríamos café, y después de ver el color a aguachirri del llobregat que tenía, pensamos que seria mejor un vaso de leche con cereales y un bollo con mermeladas varias. Fuimos a hablar con el recepcionista porque nos dijo que a lo mejor teníamos que cambiar de habitación, y así fue, ahora al tercer piso room 21. Maletas parriba.. más escaleras.. y una habitación con cortinas rojas.
Como siempre, llegamos tarde a Trafalgar Square, que era donde habíamos quedado, pero nuestros amigos también se habían dormido así que estuvimos haciendo fotos como chinos un buen rato. Luego tiramos por el parque de St. James, que estaba detrás de un arco con columnas que todavía no hemos descubierto que significa, pero mira quedaba bonito ahí eh. Nos hicimos amigas de unos recogeballas que decían “spania bonito mujeres” y yo les respondía haciéndoles un paseíllo: “eso es porque no habéis visto los toros!!”. Give Way. Es muy curioso que en los parques ingleses tengan a los animales por ahí tan contentos y sueltos y que no les hagan nada, aquí no sobreviven ni los lagartos anda que iban a hacerlo los patos. Pensamos en ir a ver los horarios del cambio de guardia, y justo cuando llegábamos estaban haciéndolo, así que nos quedamos con los hombres de los gorros de pelos y sus gritos sin sentido, los ingleses son así, tienen cara de pasa y gritan sin sentido, o hablan demasiado bajo. Había gente a piñón esperando en casa de la reina, pero ella ni siquiera hizo acto de presencia, le preguntamos a un guardia si es que estaba limpiando las orejas del hijo, y no nos quiso responder (el que calla otorga). El Big Ben nos silbó, así que por no hacerle el feo fuimos a saludar y esas cosas típicas que haces cuando te encuentras con un viejo amigo. De paso aproveché para hacerme la típica foto. Pasamos antes por la abadía de Westminster, que es una especie de Notre Dame en cutrecilla, pero bueno es que todo no puede ser perfecto. Seguimos paseando para meternos un poco en la peli de Closer, que mencanta, y pasamos por el acuario y por la escena en la que el médico le regala a Julia Roberts el globo. Queríamos habernos montado en el ojo (para los cultos: London Eye), pero había demasiados cientos de personas en la cola, así que lo dejamos para más adelante, y nos fuimos a comer. Dios que comida, un senservis de pizza, ensaladas y pasta, parecido al Fresco que hay aquí en Barna, todavía me duele el estómago, después de casi 9 porciones, no es muy extraño. Por la tarde nos acercamos al British Museum a ver las momias y todo lo que han robado de Grecia, los muy cerdos. Es una pena encontrarse con medio Partenón ahí metido en una sala, mientras el sitio donde de verdad debería estar se aguanta con palos. Pero es bonito.
Sin todavía haber digerido la pizza, pensamos que seria buena idea ir a dormir un rato, porque teníamos intención de salir esa noche de fiesta y acabar con el vodka, así que nos fuimos al hostal. Y sorpresa!: en la cama de N hay un japo sobando. Ale ya la liamos otra vez, que si baja a hablar con la recepcionista idiota, que si discute en inglés (me siento intelectual sabiendo que he sido capaz hasta de discutir!), y acabar echando al pobre hombre por culpa de la gili que se había equivocado dándole la habitación. Entre pitos y flautas se nos pasó la hora de la siesta y nos tuvimos que maquear para ir a cenar con X a su casa, así que ale pabajo otra vez. La verdad es que no viven mal, si no fuera por los pelos de su compañera la china, y por la mierda que tienen los fogones, es bastante apañaico el piso. Luego recogimos a S del curro y nos fuimos a ver la Torre de Londres y el Puente, la verdad es que es precioso el puente por la noche.. todavía no me lo quito de la cabeza. Al final pensamos que era mejor irse a la cama y no salir y beber, porque si no, no aprovecharíamos el domingo, total que nos despedimos y nos montamos en un bus que iba dirección Totemham. No habría ningún problema, si no fuera porque donde teníamos que haber ido era a Totemham Square, y el nombre a secas significaba meterse en un barrio de negrais de estos de películas de bandas. Echarle imaginación, tres tías blanquitas, todas maqueaditas que si faldas que si escotes, andando por calles tomadas por las bandas, con los coches típicos de las películas con música afro a toda hostia y moviéndose a su ritmo. Cagadas era poco, estábamos diarreicas. Y por si fuera poco vi a uno con una pipa, mis rodillas ya no castañeaban ya bailaban flamenco y hip hop a la vez, pero tuve que echarle y tirar palante sacando a N y a S de ahí, sabia que en cuanto se lo contara se iba a liar, y así fue cuando a nueve o diez calles se lo dije se pusieron a llorar de pánico.
Por suerte, fuimos a preguntar a un Falafell de esos y nos dijeron que a pesar de no salir en el mapa que llevábamos, y de estar fuera de la civilización, justo enfrente pasaba un bus (el 253 nunca lo olvidaré) que nos llevaba al centro. Así que a esperar que pasara mientras el estado de shock nos invadía cada vez más y el tío nos contaba que se acababa de meter un par de rayas y se iba de clubs. Ya en el bus destino hostal otra persona de color, parecía un macho pero hoy en día no se sabe, se agarró al lado de donde estaba yo y cada vez se echaba más encima mía mientras gritaba : don’t be afraid!. Ya no podía salir nada peor, así que bajamos y continuamos andando, para llegar al recibimiento que nos daban los compis de hostal todos borrachos en la puerta saltando gritando y idos de la olla. Conseguimos llegar a la habitación por fin, y oímos toser a la 4ª ocupante. Cerramos los ojos y deseamos que todo hubiera sido un sueño.

PD: Felicidades al uñero que hoy es su aniversario.

EDITO: Informaciones de última hora: En realidad Inocuo.net cumple un añito mañana, ha sido un problema de edición y de adelantamiento de acontecimientos :p Su uña todabía sigue pegada a su dedo, pero no por mucho tiempo. A pesar de los dolores, la etapa de hoy ha animado al susodicho y le ha dado el empujón que necesita para acabar todo lo que le queda, que ya es poco!

Escuchando: Los Rebeldes - Eres especial