miércoles, agosto 3

Periodo vacacional

Hoy me toca a mi, decir adiós en chino (chiste fácil), hoy cojo las vacaciones. No, no, en brazos no, que toy flojucha. Hoy bajo la persiana del curro donde me roban el móvil, que majos son, y me dispongo a cruzar España. No voy a poner lo que tanto he odiado leer estos días en los blogs, lo típico de: me voy y ya os contaré cuando vuelva.. bla bla bla.. Porque no, porque no me ha molado nada leerlo, y no puedo hacer lo que no me gusta que me hagan. Yo seguiré posteando, no tan a menudo (o quizás si) pero postearé mínimo dos veces a la semana (si no lo hago que venga la mery y me corte el cuello :p), porque me he acostumbrado a contar cosas aquí y me siento bien haciéndolo, así que no lo voy a dejar por mucho que me pire a la era rupestre. Un besito grande grande para todos porque hoy estoy cariñosa, y abrazos para la gente seleccionada que yo seleccione y las censuras, como dice la artista que pinta con el cuerpo, tendré que ampliarlas.


Hiciste la maletaa.. y sin decir adios.. ay ke dolóoo!

Dejo un poquito de chicha para que mastiques hasta el próximo post: (a veces le da a una por escribir)

Te dedicaste a enseñarme a mirar más allá de donde yo veía. Me abrazaste de sentimientos y me cubriste de un amor que no quería. Me demostraste que no todo son apariencias, si no que también hay cosquilleos y sonrisas que dan la vida. Yo no quise mirarte, renegué a tus caricias y a tus besos de media noche. Me alejé de tu vida, pero tú no me dejaste marchar. Comprendí que no podía irme sin más, e intenté dejarme llenar de tus flores de colores vivos. Mi mundo cambió, y cada vez se acercó más a tu piel para regalarle los mejores momentos que haya vivido. Pero tu coraza ya no era transparente, era una piedra impenetrable que solo recibía mis intentos con un eco similar. Intenté vencerla con todos mis ejércitos, pero solo conseguía bajas y batallas sin sentido. Una y otra vez haciendo grietas, para que tú las taparas solo con un pestañeo. Ya sin fuerzas me rendí, y caí a tus pies sin más deseos que el de encontrar la forma de trepar a tu corazón. Me quedé noches enteras planeando posibles estratagemas, hasta que comprendí que lo mejor era devolverte las flores que me regalaste y quedar en paz. Hoy sigues siendo un gigante, incapaz de mirar en un espejo si aparezco yo reflejada, yo nunca pude dejar de observarte.

Escuchando: Ivan Ferreiro - Turnedo