martes, septiembre 6

La dura vida del estudiante

Al final, como no encuentro ningún curso presencial, de esos que conoces a gente y todo, de nada que me pueda permitir pagar sin que se vea afectada mi vida social (osease, sin que me tenga que quedar en casa o prostituirme para pagar), me dedicaré a acabar y a empezar cursos a distancia. Necesitaré de toda la ayuda posible, porque mi fuerza de voluntad es mas bien nula, así que quien me vea pendoneando o haciendo el monguis, tiene mi autorización para usar la fuerza bruta y obligarme a ponerme con ellos (inocuo, espero tu colaboración!).
Es muy triste que en una ciudad con tantas posibilidades como es barna, no pueda hacer una mierda. Quizás sea una indirecta del destino que me pide cambio de aires, o que quiere que viaje y descubra mundo. Gracias Sr. Destino, pero como no me subas más el sueldo poco haremos!
Tengo a dos amigas rompiéndose las piernas porque en las universidades las mangonean y les dan largas para matricularse, total que una va a acabar en Tortosa y otra en el extremo opuesto. A donde vamos a llegar si nisiquiera se puede estudiar lo que se quiere donde se quiere? Suerte que otros muchos acaban este año sus carreras, y tengo con quien entretenerme. Luego que digan que cada vez somos mas analfabetos. Quien coño me va a dar a mi clases de ortografía? Cuantas preguntas existenciales para un día como hoy, nublado y lleno de inundaciones. Que mi barrio parece Nueva Orleáns, todo con máquinas para sacar la panzá de agua que calló anoche. Normal con tanto anuncio cantando: que llueva que llueva la virgen de la cueva.
He vuelto a coger algo de garganta, o lo estoy medio incubando. Vendo amígdalas a buen precio, intensados preguntar aquí.

Escuchando: Los planetas – Un buen día